¡Oh Jesús mío crucificado!
que has dicho “vengan a mí todos los que trabajan
y están cargados de miseria, Yo los aliviaré”.

A Ti vengo, y con todas las fuerzas de mi alma te digo
¡creo en Ti Jesús mío!,
y porque sé que eres el único que lo puedes
y quieres todo para mi bien;
te amo, Jesús mío,
porque sé que eres el único verdadero y sumo bien.

Concédeme Señor encontrar el trabajo que tanto necesito y busco;
porque Tú me has dado lo que tengo
y Tú eres el único que me puedes dar lo que me hace falta.

Amén.