Virgen de Guadalupe,
Madre de amor y consuelo,

Hoy enciendo esta vela con todo mi corazón,
pidiendo por el descanso, la paz y la luz de mi querida hermana Marilene Pereira Capistrano.

Que esta llama sea un puente de amor entre nosotros,
una señal de fe que atraviese el cielo
y alcance su espíritu dondequiera que esté.

Que Marilene sea guiada por manos bondadosas,
acompañada por los seres que la aman,
y rodeada de luz, esperanza y serenidad.

Que su alma encuentre consuelo,
que sus heridas sean sanadas,
y que pueda avanzar en su camino espiritual,
libre de dolor, llena de paz y de amor.

Y que ella sepa, desde lo más profundo de su ser,
que aquí en la Tierra sus hijos están siendo cuidados con todo el amor, dedicación y ternura que ella soñó para ellos.
Muchas personas que la aman están velando por ellos, acompañándolos y protegiéndolos.

Virgen Santísima,
cuida de Marilene como madre eterna,
y que mi oración sea una caricia que la abrace más allá de esta vida.

Amén.